viernes, 7 de febrero de 2014

Matisse, la compulsión de crear


"Hasta después, por la tarde, cuando me encuentro en la galería de arte de la rue de Seze, rodeado por hombres y mujeres de Matisse, no vuelvo a estar dentro de los límites auténticos del mundo humano. En el umbral de esa gran sala cuyas paredes están ahora en llamas, me detengo un momento para recobrarme de la conmoción que experimenta uno cuando el gris habitual del mundo se desgarra y el color de la vida salta y salpica en canciones y poemas. Me encuentro en un mundo tan natural, tan completo, que me siento perdido. Tengo la sensación de estar inmerso en el plexo mismo de la vida, en el centro, cualquiera que sea el lugar o posición en que me sitúe o la actitud que adopte (...) Parado en el umbral de ese mundo que Matisse ha creado, vuelvo a experimentar el poder de esa revelación que permitió a Proust deformar la imagen de la vida de tal modo, que quienes, como él, son sensibles a la alquimia del sonido y de los sentidos, son capaces de transformar la realidad negativa de la vida en las formas sustanciales y significativas del arte (...) En todos los poemas de Matisse figura la historia de una partícula de carne humana que rechazó la consumación de la muerte (...) Él es, en caso de que algún hombre posea ese don, quien sabe dónde desintegrar la figura humana, quien tiene el valor de sacrificar una línea armoniosa para detectar el ritmo y el murmullo de la sangre, quien toma la luz que se ha refractado dentro de él y deja que inunde el teclado del color. Tras las minucias, el caos, la mofa de la vida, detecta la pauta invisible; anuncia sus descubrimientos en el pigmento metafísico del espacio. Ni búsqueda de fórmulas, ni crucifixión de ideas, ni otra compulsión que la de crear. Incluso cuando el mundo va camino de su destrucción, hay un hombre que permanece en el centro, que queda fijo y anclado más sólidamente, más centrífugo, a medida que se acelera el proceso de disolución (...) Incluso cuando el mundo se desintegra, el París de Matisse se estremece con el jadeo de orgasmos vivaces, el propio aire está sereno a causa de la esperma estancada, y los árboles enredados como los cabellos. En su eje bamboleante la rueda gira cuesta abajo sin cesar; no hay frenos, ni rodamientos, ni neumáticos. La rueda se desintegra, pero la revolución sigue intacta..."

Henry Miller, Trópico de Cáncer




Viajes imaginarios: el París de Henry Miller


"A veces vuelvo solo a casa y la sigo a través de las oscuras calles, la sigo a través del patio del Louvre, sobre el Pont des Arts, a través de la arcada, a través de los orificios y ranuras, la somnolencia, la blancura deslustrada, la reja del Luxemburgo, las ramas enredadas, los ronquidos y quejidos, las cancelas verdes, el rasgueo y campanilleo, las puntas de las estrellas, las lentejuelas, los azabaches, los toldos de franjas azules y blancas que rozaba con las puntas de sus alas".

Henry Miller, Trópico de Cáncer

martes, 21 de enero de 2014

Trotsky sobre Lenin (a 90 años de su muerte)

"Por la manera en que me recibieron Maria Ilinitchna y Nad. Konstantinovna, comprendí con qué impaciencia y con que entusiasmo me esperaba. Lenin estaba de un humor magnífico, tenía buen semblante. Me pareció que me miraba con otros ojos. Sabía enamorarse de las personas, cuando se le revelaban bajo un cierto aspecto. Con la atención exaltada con la que escuchaba, tenía ese aire de hombre "enamorado". Escuchaba ávidamente lo que le informaba sobre el frente, y suspiraba con satisfacción, casi con beatitud. "la partida está ganada, dijo pasando de repente a un tono grave y firme, desde el momento en que supimos poner orden en el ejército, esto significa que sabremos poner orden en todas partes. Y la revolución, con el orden, será invencible".
Cuando volvimos en el auto con Sverdlov, Lenin estaba en el balcón con N. Krupskaia, justo encima de la escalera de entrada, y nuevamente sentí sobre mí la misma mirada, vagamente reservada, envolvente, de Ilich. Se habría dicho que quería decir algo, pero no encontraba las palabras. De pronto alguien de la guardia trajo macetas con flores y las puso en el auto. El rostro de Lenin se ensombreció con inquietud. 
"¿Esto va a molestarlo?", preguntó. No había prestado atención a las flores y no entendía la causa de esa inquietud. Al acercarme a Moscú -la Moscú hambrienta, fangosa, de los meses de otoño de 1918- me sentía muy incómodo: ¿era justo el momento de llegar con flores? Y pronto entendí la preocupación de Lenin: justamente había previsto ese malestar. Sabía prever.
En la entrevista siguiente, le dije: "El otro día usted me preguntó algo acerca de las flores y, en la fiebre de  nuestro reencuentro, no me di cuenta de la incomodidad en la que usted pensaba. Recién cuando llegué a la ciudad tomé conciencia"... "¿El aspecto de un traficante del mercado negro?", replicó vivamente Ilich con una delicada sonrisa. Y de nuevo advertí esa mirada particularmente amistosa, que parecía reflejar su satisfacción de haber sido comprendido... ¡Cómo han permanecido claros, imborrables en mi memoria, todos los rasgos más detallados del encuentro en Gorki!
Nos pasaba que teníamos, Lenin y yo, rudos choques, porque en los casos en que yo estaba en desacuerdo con él en una cuestión grave, yo llevaba la lucha hasta el final. Estos casos, naturalmente, se han gravado en todas las memorias, y los epígonos hablaron y escribieron mucho en consecuencia. Pero son cien veces más numerosos los casos en que nos entendíamos mutuamente entre líneas, y en los que nuestra solidaridad aseguraba el pasaje de la cuestión al Politburó sin debate. Lenin apreciaba mucho esta solidaridad."

León Trotsky, 10 de abril de 1935 en el Diario del Exilio

miércoles, 8 de enero de 2014

Su tarea más importante


"Lasalle un día escribió que renunciaría gustoso a escribir lo que sabía si sólo pudiera realizar, aunque fuera parcialmente, lo que era capaz de hacer. Este es un deseo que sólo comprende demasiado bien un revolucionario. Pero es necesario tomar las circunstancias tal como son. Justamente porque se me ha concedido participar en grandes acontecimientos, mi pasado me cierra ahora la posibilidad de la acción. Sólo me queda tratar de interpretar los acontecimientos y prever su desarrollo futuro. Ésta es una ocupación, en todo caso, capaz de dar mayores satisfacciones que la lectura pasiva."

León Trotsky, Diario del Exilio, 7 de febrero de 1935 (así comienza...)

Heroica

Los dos libros que leí estos días, el Diario del Exilio de Trotsky y Informe del Interior de Auster, mencionan a la 3° Sinfonía de Beethoven, imposible huir de semejante belleza...

"Anoche escuché la tercera sinfonía de Beethoven por primera vez en casi dos años. Se me estremecía el cuerpo, temblaba y... lloré. No lo entendía. Como si hubiera caído al vacío". Paul Auster, Informe del Interior

"La TSF reproduce la 'Sinfonía Heroica', por los Concerts Pasdeloup. Envidio a Natacha cuando escucha buena música por todos los poros del alma y del cuerpo. Natacha no es música, sino que es algo más, toda su naturaleza es musical, en sus sufrimientos como en sus (raras) alegrías hay siempre una profunda melancolía que ennoblece todas sus emociones. Los pequeños sucesos cotidianos de la política no dejan de interesarle, pero no los liga habitualmente en un cuadro de conjunto. Sin embargo, allí donde la política penetra en profundidad y exige una reacción total, Natacha encuentra siempre en su música interior la nota justa. Igualmente en sus opiniones sobre la gente, y no sólo bajo el ángulo de la psicología personal, sino también bajo el ángulo revolucionario. El filisteísmo, la vulgaridad, la cobardía nunca escapan a su mirada, aunque sea muy indulgente con todos los pequeños defectos humanos. La gente delicada, incluso la gente totalmente 'simple' -y también los niños- sienten de manera instintiva la musicalidad y la profundidad de su naturaleza. En cuanto a aquellos que son indiferentes, o pasan condescendientes cerca de ella, sin notar la fuerza que oculta, casi siempre se puede decir con certeza que son gente superficial y trivial. Fin de la 'Sinfonía Heroica' (no han reproducido más que que fragmentos)." León Trotsky, Diario del Exilio, 23 de marzo de 1935


lunes, 6 de enero de 2014

Ni una coma de más (nada de lo humano le era ajeno al viejo Marx)


"Si suponemos al hombre como hombre y a su relación con el mundo como una relación humana, sólo se puede cambiar amor por amor, confianza por confianza, etc. Si se quiere gozar del arte hasta ser un hombre artísticamente educado; si se quiere ejercer influjo sobre otro hombre, hay que ser un hombre que actúe sobre los otros de modo realmente estimulante e incitante. Cada una de las relaciones con el hombre -y con la naturaleza- ha de ser una exteriorización determinada de la vida individual real que se corresponda con el objeto de la voluntad. Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia".

Karl Marx, Manuscritos económico-filosóficos. XLI: El dinero

Correspondencia


Comparto una hermosa carta que me escribió mi amigo y camarada Sergio, que él se animó a publicar en su blog (y yo hace tiempo quería compartir), y mi respuesta (que yo me animo a publicar en el mío)

Carta a una amiga

Sabes, Me encanta escribir, es en las palabras silenciosas donde me descubro medio perdido pero muy en mí.
Me decido a escribirte, esta vez mezcla de sueño y anhelos por el simple hecho de escribirte, en momentos donde me encuentro con el deseo de gritar en silencio, gritar esas sensaciones que uno va juntando.
Ese encanto que tienen las palabras en la mente que no salen por los labios, inexplicablemente te pienso como mi confesora, colega y amiga.
Tengo que confesarte que te extraño y me haces falta, me siento solo a veces y venís a mis pensamientos, parece que quisiera contarte mil cosas, mientras pasa el tiempo y las guardo para mí.
Te lo voy a decir de una vez, traspasaste las barreras de lo cotidiano y apareces como un personaje de mis sueños, mi heroína y mi dulce amiga con las manos y los ojos débiles, y te convertiste en un personaje maravilloso que actúa en mis cuentos, y en mi vida.
Te cuento que mis dolores calmaron un poco, aunque se ha vuelto parte de la rutina, vuelve en su momento, aunque los dolores más profundos se están yendo, despacito, pero se están yendo.
Mi cuerpo y mi cabeza me están diciendo que los años pasaron, y dejaron sus marcas, aclaro que me siento más joven que nunca. A mis recuerdos vuelve ese niño que juntaba hojitas allá en las cosechas de yerba mate de tierra colorada, esperando oír maravillosas historias de héroes guaraníes, de las mujeres y niños resistiendo el ataque de la triple alianza, tampoco ese joven que cumplía los sueños de casa propia de trabajadores de cuello blanco, quienes ponían en cada ladrillo un sueño que le vendió la sociedad capitalista.
Creo que cada párrafo que escribo merece una historia, pero serán tinta de otro papel.
Cuanto de ese niño que jugaba junto a su padre a armar raídos de 100 kilos de yerba mate para algún patrón que devolvía unas monedas a cambio para poder comer a la noche, cuanto de ese joven con las manos marcadas por el frio del agua en el invierno preparando el material para construir sueños, otra vez a cambio de unas monedas, cuanto de ellos hay en mi hoy?
Y cuantos errores en el medio amiga, pero de todo se aprende no?
En un momento mis brazos se marcaron con la fuerza y el fuego de quien no puede más que cambiar su tiempo en mercancía, esta vez no iba agachar la cabeza, solo fue el comienzo, luego conocí el poder que tiene nuestra clase no solo para transformar la naturaleza, para transformar el mundo, en uno que valga la pena vivir.
Mientras le dedicamos nuestra vida a cambiar el mundo, uno va armando su vida con sus fortalezas y debilidades, allí te encontré. Armando nuestro presente y cuanto nos espera.
Pareceré un loco que escribe mareado en el medio de todo, pero prefiero mantenerme así, de todos ellos aprendí, hoy estoy aprendiendo. Lo mejor me quedo marcado, y lo malo, ya te lo dije, se está yendo de a poquito, de a poquito, pero se está yendo…
Algunas cosas serán sueño, otras serán cuentos, otras serán palabras, pero mi carta quiere mostrarte que ya sos parte profunda de mi vida, querida amiga.
Espero verte pronto.

Con mi profundo respeto y cariño, tu camarada Ser

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Bueno, empiezo en cuotas, creo, ahora que estoy más tranquila, y con una mezcla de alegría-preocupación-ansiedad y un dejo de tristeza que me quedó de arrastre de mi estado personal, que pinta que va a ser así un tiempo, o al menos un poco inestable...
Tu carta me pareció hermosa, conmovedora y me llegó hasta el fondo, porque eso que me decís es algo compartido, porque vos también te instalaste en mi vida de la misma forma. Y sos de las cosas más lindas que me pasaron en este año y medio. El viernes escuché una canción que le cantaron a una compañera, bellísima, de La Máquina de hacer pájaros (http://www.youtube.com/watch?v=lxMbR4EjXmk) y me acordé de nosotros y medio nos vi así y me emocioné mucho. Pensar en que tenemos años por compartir, muchos, y que uno pueda conservar un amor, una relación así, con un dejo de pureza como ese de cantarle todos los cumpleaños una canción a alguien con la misma emoción, a pesar de que pase el tiempo, las pruebas, la vida... me sentí muy bien esa noche, contenida, acompañada, rodeada de gente de esa que decís "pucha, con esta gente que apenas conozco comparto tanto, y es tan valioso, y es como un sentimiento raro, de camaradería de en serio, aunque sin riesgos, sin vidas en juego, pero profundo. Y pensé en vos, por eso te dije ayer que quería que estuvieras. Me hubiera gustado estar ahí con vos, creo que más que con nadie.
Esta todo cortado mi mail, pero creo va teniendo sentido, y tal vez notes los cortes, que son un poco mi estado de ánimo que va y viene, medio desequilibrado, medio en un mar de un amor que no se dónde va a terminar, pero que ya estoy ahí en medio de las olas, y no queda otra que dejarse llevar, intentando buscar una orilla cuando dan las fuerzas. Leyendo tu mail y recordando algunas charlas me acordaba que de pequeña reivindicada imitar gestos y actitudes bonitos de la gente, apropiarse de ellos, y contruirse a uno mismo de esa forma, y a la vez trasladarlo, forjando lazos así también. Y pensando en nosotros, tan distintos nuestros mundos, nuestras historias, me parecen casi mágicos nuestros mimetismos, nuestros estados compartidos, nuestras ideas que coinciden en tiempo y lugar, esa complicidad de parecerse un poco en lo diferentes que rescato siempre contra ese posmodernismo individualista de que cada uno es unico y bla. Creo que eso es parte de "habernos domesticado" como dice el principito, y de tener esa certeza de que vamos a compartir años, si las circunstancias nos dejan. Yo tengo eso con poca gente, y en general me ha costado más construirlo, por eso es tan especial también que nos hayamos encontrado así, y partir de ahí para seguir construyendo una amistad todos los días, nos adelanta algo cada vez más interesante, que espero podamos proyectar más allá de nosotros y transformar también en un aporte interesante al partido. Veremos...
Lo que me contás de tu vida amerita un cuento que puede ser genial, describir una historia así, con palabras tan bellas, es todo un mérito, que realmente admiro de vos, todo un diamante en bruto que se pule y brilla cada vez más. Me gusta contribuir un poco a eso, a hacer no cualquier bolchevique, como dice Cannon, sino uno como él, que no se juntan de a tantos, pero que son los más importantes.
Tarde pero contesté, un domingo que me desperté con ganas de palabras. Y sola.
Te dejo la canción de regalo.
Puedo compartir tu carta en mi blog?
Te quiero muchísimo,
Letizia

sábado, 28 de diciembre de 2013

Siento como mío todo el mundo...

"¿Conoces las palabras del Alto Estado Mayor sobre la expedición de Trotha al desierto de Kalahari?... "y los estertores de los agonizantes y los gritos delirantes de los que se estaban muriendo de sed resonaban en el majestuoso silencio de aquellas inmensidades". Oh, ese "majestuoso silencio de las inmensidades" en el que tantos gritos resuenan sin que nadie los oiga, lo escucho con tanta intensidad que ya no queda en mi corazón un lugar especial para el ghetto. Siento como mío todo el mundo, todo lugar en donde haya nubes y pájaros y lágrimas."
Rosa Luxemburg

jueves, 26 de diciembre de 2013

La guerra y el internacionalismo

Rosa en defensa de Liebknecht acusado de "perro" por la fracción parlamentaria de la socialdemocracia y perseguido por el ala derecha y por el régimen de los junkers:

"Es un perro quien lame las botas de los señores cuando durante años no ha recibido más que patadas.
Es un perro el que, con el bozal del estado de sitio, adula alegremente y mira a los ojos de los señores de la dictadura militar implorándoles dulcemente su gracia.
Es un perro el que ladra al ausente, o al que está encadenado, al tiempo que rinde servicio de perro a los actuales detentadores del poder.
Es un perro el que, a una orden del gobierno, reniega, calumnia y arroja al fango todo el pasado de su partido y todo lo que ha sido sagrado durante una generación..."



Ante la primer sentencia a prisión por el "delito" de oponerse a la guerra imperialista, con la "ayuda" de sus propios "camaradas" y sus declaraciones, de Karl Liebknecht, se declararon el huelga 55 mil trabajadores de la fábrica de municiones de Berlín, y hubo manifestaciones y huelgas en varias ciudades, por parte de los obreros que defendían a sus verdaderos dirigentes. Unos años después se levantan los marineros de Kiel. La energía revolucionaria de los obreros alemanes era desbordante.

La tragedia fue tal para el proletariado alemán y para los propios Karl y Rosa, que ellos mismos terminaron muertos por los perros guardianes del régimen alemán, miembros de su propio partido

La confianza de Rosa


"Toda una serie de argumentos contra mi lema: "estoy aquí y ¡qué se le va a hacer!" equivale a decir: esto es todo muy refinado y bello, ahora los hombres son demasiado cobardes o demasiado débiles para un heroísmo tal; ergo deberíamos adecuar la táctica a esa debilidad, al principio chi va piano, va sano. ¡Que mirada por demás estrecha, corderita mía! No hay nada más cambiante que la psicología humana. Especialmente cuando la psique de las masas esconde en sí, como Thálatta, los mares eternos, todas las eternas posibilidades latentes: la exigua calma y la furiosa tormenta, la más vil de las cobardías y el heroísmo más salvaje. Las masas son siempre lo que deben ser, de acuerdo a las condiciones históricas dadas, y siempre están al borde de convertirse en algo totalmente distinto de lo que parecen. ¡Qué decir de aquel capitán de barco que guiase el rumbo según la apariencia momentánea del agua, sólo por su superficie calma, que al fin no pudiese deducir en las señales del cielo o del mar que se estaba gestando una tormenta! Pequeña mía, la "decepción en las masas" es la actitud más vergonzosa de un líder político. Un verdadero dirigente no concibe su táctica guiándose sólo por el estado de ánimo momentáneo de las masas; más bien en las leyes de hierro del desarrollo histórico. Su táctica se mantiene firme a pesar de las contrariedades y, por lo demás, deja en cierto modo que la historia aporte a su obra la madurez necesaria".


Rosa Luxemburg en una carta a Mathilde Wurm desde la cárcel, en febrero de 1917

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Epitafios

"No te lo habrás tomado en serio Mathilde? Ríete de ello. En mi tumba, como en mi vida, no habrá nunca frases rimbombantes. Sobre mi loza habrá solamente dos sílabas: zwi-zwi. Este es el canto del herrerillo, que yo se imitar con una perfección que acuden inmediatamente. Y en ese zwi-zwi, que normalmente sonaba claro y fino como una aguja de metal, se oye desde hace unos días un pequeño trino, una minúscula voz de pecho. ¿Sabe usted lo que eso significa? Es la primera manifestación de la cercana primavera. A pesar de la nieve, de las heladas y de la soledad creemos -los herrerillos y yo- en la próxima primavera. Y si mi impaciencia me impidiese conocerla, no se olvide que no quiero que en mi tumba haya nada más que: zwi-zwi."

Rosa Luxemburg

domingo, 22 de diciembre de 2013

Unas palabras de Rosa Luxemburg

"Los hombres no hacen la historia libremente, pero la hacen ellos mismos. El proletariado depende en su actuación del grado de madurez de la evolución social, pero la propia evolución social no sucede al margen del proletariado mismo, él es el motor y la causa tanto como su producto y consecuencia. Su acción es una parte determinante de la historia. Y si nosotros no podemos saltar por encima de la evolución histórica, de la misma forma que un hombre no puede saltar por encima de su sombra, lo que sí podemos hacer es acelerar o detener esa evolución. Pero la victoria no podrá ser ganada, si de todas las condiciones materiales acumuladas por la historia, no surge el destello, la voluntad consciente, de las grandes masas". 

martes, 10 de diciembre de 2013

Sin puntos suspensivos V

Era como una búsqueda de consuelo permanente, de un rincón donde refugiarse, pero en un mundo que no iba a dárselo. Y que quizá era la misteriosa atracción que tenía para ella. La eterna búsqueda de refugio, el camino que no termina de subir, y que seguimos subiendo. Vivir como los imprescindibles de Brecht. Aún en lo cotidiano, en lo penosamente cotidiano de una época que (todavía) no estaba hecha para heroinas. Estaba hecha para mujeres que, como mucho, se animaran a serlo profundamente, a mantener en el recuerdo y en sus cuerpos y sus acciones la talla de otras que habían librado verdaderas batallas. Pero siempre costaba mirar el fuego en la oscuridad. Y aún así, lo seguíamos mirando. Nosotras, que a veces somos una, hasta que cada pequeña espina que se nos clava nos recuerda especie, nos recuerda comunidad. Nosotras. Único refugio. Junto a un libro que espera al lado de la cama.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Nuestro legado, nuestros héroes


"Kote Tsintsadze, antiguo bolchevique, preso en los campos de concentración de José Stalin, envía, a León Davidovich Trotski, en el papel que utilizaban los detenidos para armar cigarrillos, la siguiente misiva: 'Muchos, muchísimos de nuestros amigos y de la gente cercana a nosotros, tendrán que terminar sus vidas en la cárcel o la deportación. Con todo, en última instancia, esto será un enriquecimiento de la historia revolucionaria: una nueva generación aprenderá la lección".

Andrés Rivera, La revolución es un sueño eterno

domingo, 1 de diciembre de 2013

El amenazado


Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única.
¿ De qué me servirán mis talismanes:
el ejercicio de las letras,
la vaga erudición
el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte
para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad,
las galería de las bibliotecas
las cosas comunes,
los hábitos
el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos,
la noche intemporal,
el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo,
es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo se, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Jorge Luis Borges

viernes, 8 de noviembre de 2013

Quién alumbra

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.

Alejandra Pizarnik

sábado, 19 de octubre de 2013

MENSAJE A LA POESÍA


No puedo
No es posible
Díganle que es totalmente imposible
Ahora no puede ser
Es imposible
No puedo
Díganle que estoy tristísimo, pero no puedo ir esta noche a su encuentro.
Cuéntenle que hay millones de cuerpos que enterrar
Muchas ciudades que reconstruir, mucha pobreza por el mundo
Y las mujeres se están volviendo locas, y hay legiones de ellas escardando
La añoranza de sus hombres; cuéntenle que hay un vacío
En los ojos de los parias, y su flacura es extrema; cuéntenle
Que la vergüenza, la deshonra, el suicidio rondan los hogares,
Y es preciso reconquistar la vida.
Háganle ver que es necesario que yo esté alerta, de frente a todos los caminos
Presto a socorrer, a amar, a mentir, a morir si es necesario.
Explíquenle, con cuidado -no la acongogen…- que si no voy
No es porque no quiera: ella sabe; es porque hay un héroe en una cárcel
Hay un labrador que fue agredido, hay un charco de sangre en una plaza.
Cuéntenle, en secreto, que debo estar preparado, que mis hombros
No se deben curvar, que mis ojos no se deben
Dejar intimidar, que llevo a cuestas las desgracias de los hombres
Y ahora no es el momento de parar; díganle, mientras tanto,
Que sufro mucho, pero no puedo mostrar mi sufrimiento
A los hombres perplejos; díganle que me fue ordenada
La terrible participación, y que posiblemente
Deberé engañar, fingir, hablar con palabras extrañas
Porque sé que, a lo lejos, clarea una aurora.
Si ella no comprende, procuren convencerla
De ese invencible deber que tengo; pero díganle
Que, en el fondo, todo lo que estoy dando es de ella, y que me
Duele tener que despojarla así, en este poema; que por otro lado
No debo usarla en su misterio: la hora es de esclarecimiento
Ni inclinarme sobre mí cuando a mi lado
Hay hambre y mentira y el llanto de un niño solitario en una calle
Junto al cadáver de una madre; díganle que hay
Un náufrago en medio del océano, un tirano en el poder, un hombre
Arrepentido; díganle que hay una casa vacía
Con un reloj golpeando horas; díganle que hay un gran aumento
De abismos en la tierra, hay súplicas, hay alaridos
Hay fantasmas que me visitan de noche
Y que debo recibir; coméntenle mi confianza
En la mañana
Que siento una sonrisa en el rostro invisible de la noche
Vivo en tensión a la espera del milagro; por eso
Pídanle que tenga paciencia, que no me llame ahora
Con su voz de sombra, que no me haga sentir cobarde
Y tener que abandonarla en este instante, en su inmedible
Soledad; pídanle, oh pídanle que se calle
Por un momento, que no me llame
Porque no puedo ir
No puedo ir
No puedo.

No la traicionaré. En mi corazón
Vive su imagen, y nada diré que pueda
Avergonzarla. Mi ausencia
Es también un sortilegio
De su amor por mí. Vivo del deseo de volverla a ver
En un mundo en paz. Mi pasión de hombre
Sobrevive conmigo. Tal vez yo deba
Morir sin verla más, sin sentir más
El gusto de sus lágrimas, sin mirarla correr
Libre y desnuda en las playas y en los cielos
Y en las calles de mi insomnio. Díganle que es ése
Mi martirio; que a veces
Me pesa en la cabeza el tiempo de la eternidad y las poderosas
Fuerzas de la tragedia caen sobre mí y me empujan a la sombra
Pero que debo resistir, que es preciso…
Pero que la amo con toda la pureza de mi pasada adolescencia
Con toda la violencia de las antiguas horas de extática contemplación
Con un amor lleno de renuncia. Oh, pídanle a ella
Que perdone a su triste e inconstante amigo
A quien fue dado perderse por amor a su semejante
A quien fue dado perderse por amor a una pequeña casa,
A un jardín, a una muchacha vestida de rojo
A quien fue dado perderse por amor al derecho
De todos a tener una pequeña casa, un jardín
Y una muchacha vestida de rojo; a quien perdiéndose le es dulce perderse…
Por eso convénzanla, explíquenle que es terrible
Pídanle de rodillas que no me olvide, que me ame
Que me espere, porque soy suyo, sólo suyo; pero que ahora
Es más fuerte que yo, no puedo ir
No es posible
Me es totalmente imposible
No puede ser, no
Es imposible
No puedo.

Vinicius de Moraes
(Traducción de Manuel Díaz Martínez)

miércoles, 16 de octubre de 2013

Sin puntos suspensivos IV

Hace un día gris, frío, triste. Vaticinador del otoño (y ¡ay! el invierno que vendrá). Y en este día gris, frío, triste, me despierto con tu imagen, una mañana más que mi onírica resistencia a olvidarte me juega una mala pasada. Un día gris, frío, triste que me recuerda que no existe el olvido, ni siquiera las palabras, ni siquiera las lágrimas. Pero las imágenes que se prenden a mi cuerpo, a mi mente, a mi almohada. Las imágenes que alguna (breve) vez fueron piel, besos, caricias. Y que ahora son imágenes, y nada más. Recuerdos con vida propia, de momentos con una existencia tan dudosa que duele. Queda la hermosura de tu cara, la suavidad de tu piel en mi mano que te acaricia como si fuera real, y se siente todavía tu piel en mi mano, y tu sonrisa en mis ojos. Y tu silencio, aún en sueños tu silencio.

Olas


Otros que son otros. Otra
Pero vos. Pero no.
El pasado que vuelve
del mismo color
del mismo dolor
que no duele
que nada
El pasado
que recuerda la que fuiste
y no sos
pero sí
Y adelante
               pero
lejos
tu voz
tu risa
tus lágrimas
               duelen
En un dolor que es mar
que se va
para volver
Pero se va
trae la memoria
de lo que fue
que no fue
que pudo ser
que puede ser
               pero no
Y el dolor es querer
que el recuerdo
inventado
sea
               Pero no
No.

martes, 15 de octubre de 2013

Sin puntos suspensivos III

Desde que lo leí en mi adolescencia me dio vueltas en la cabeza un cuento de Borges, de esos que no son especialmente memorables, salvo por una frase de aparente insignificancia pero de mucho contenido que se me quedó grabada. Sin entender incluso qué tenía que ver conmigo (porque a uno le dan vueltas las cosas que más bien tienen algo que ver con eso que se llama nuestra subjetividad, que no es más que nuestra historia, que ni siquiera es tan nuestra y tan individual). Algo así como el instante en que se dio cuenta que el otro era él, desde ya no es literal, mi mala memoria nunca lo permitiría. Y recién 12 años después entiendo qué tiene que ver conmigo, que no lo tenía en ese momento (o sí evidentemente, por algo quedó ahí) y lo tiene ahora. 
Nunca encontrarse en otra fue tan claro, incluso en sus aspectos más inconcientes. Incluso leyendo las primeras palabras de esto que escribo, tan tuyas, que no te gustan las puertas abiertas, que le temés a las puertas abiertas. Que le temés tanto que ni siquiera querés hablar de eso, espanto.
Todo para terminar escribiendo, como vos, con la tristeza. Duró poco el intento de otra cosa, casi no duró, aunque sí lo suficiente para que quede la pena, sin el olvido.