miércoles, 16 de octubre de 2013

Sin puntos suspensivos IV

Hace un día gris, frío, triste. Vaticinador del otoño (y ¡ay! el invierno que vendrá). Y en este día gris, frío, triste, me despierto con tu imagen, una mañana más que mi onírica resistencia a olvidarte me juega una mala pasada. Un día gris, frío, triste que me recuerda que no existe el olvido, ni siquiera las palabras, ni siquiera las lágrimas. Pero las imágenes que se prenden a mi cuerpo, a mi mente, a mi almohada. Las imágenes que alguna (breve) vez fueron piel, besos, caricias. Y que ahora son imágenes, y nada más. Recuerdos con vida propia, de momentos con una existencia tan dudosa que duele. Queda la hermosura de tu cara, la suavidad de tu piel en mi mano que te acaricia como si fuera real, y se siente todavía tu piel en mi mano, y tu sonrisa en mis ojos. Y tu silencio, aún en sueños tu silencio.

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