jueves, 26 de diciembre de 2013

La guerra y el internacionalismo

Rosa en defensa de Liebknecht acusado de "perro" por la fracción parlamentaria de la socialdemocracia y perseguido por el ala derecha y por el régimen de los junkers:

"Es un perro quien lame las botas de los señores cuando durante años no ha recibido más que patadas.
Es un perro el que, con el bozal del estado de sitio, adula alegremente y mira a los ojos de los señores de la dictadura militar implorándoles dulcemente su gracia.
Es un perro el que ladra al ausente, o al que está encadenado, al tiempo que rinde servicio de perro a los actuales detentadores del poder.
Es un perro el que, a una orden del gobierno, reniega, calumnia y arroja al fango todo el pasado de su partido y todo lo que ha sido sagrado durante una generación..."



Ante la primer sentencia a prisión por el "delito" de oponerse a la guerra imperialista, con la "ayuda" de sus propios "camaradas" y sus declaraciones, de Karl Liebknecht, se declararon el huelga 55 mil trabajadores de la fábrica de municiones de Berlín, y hubo manifestaciones y huelgas en varias ciudades, por parte de los obreros que defendían a sus verdaderos dirigentes. Unos años después se levantan los marineros de Kiel. La energía revolucionaria de los obreros alemanes era desbordante.

La tragedia fue tal para el proletariado alemán y para los propios Karl y Rosa, que ellos mismos terminaron muertos por los perros guardianes del régimen alemán, miembros de su propio partido

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