jueves, 17 de abril de 2014

Adios Gabo


“Un día como hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: ‘Me niego a admitir el fin del hombre’. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora, que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra […] Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía”. 

Fragmento del discurso que Gabriel García Márquez leyó en Estocolmo el jueves 21 de octubre de 1982, antes de recibir el Premio Nobel de Literatura

domingo, 13 de abril de 2014

Fantasmas II

La nube de color rojo, el deseo
que ocupa cada vez más espacio
me apuñala
desde adentro
me retuerzo

sangran las viejas heridas
y me relamo de nuevo
por las noches
como una gata en celo

el precio de ser
de convertirse en una
de encontrarse

lo que se niega a resignar

Porque costó lágrimas
gritos
desgarros
el pecho cerrado
la sangre en un puño
hirviendo
               entonces
               mujer
no se resigna
no se deja al costado de nada
no se escupe la sangre que corre
no se arranca la piel que se vuelve a formar
se cubre la carne ardiendo
se siguen lamiendo heridas
se grita con la voz
que tanto costo encontrar

(para poder volver a sangrar
al día siguiente)