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lunes, 17 de noviembre de 2014

Nuestros muertos

Con sus lazos de sangre que estuvieron ahí por generaciones.
Con los que no compartimos
ni una gota de la que corre por las venas.
Pero compartimos la que se derrama
en nuestra lucha común que es día a día
minuto a minuto
muerte a muerte

por la libertad

Nuestros muertos
con sus gritos, con sus palabras, con sus silencios
que se hicieron nuestros
unidos por el hilo invisible
e indivisible
del amor por la vida

Nuestros muertos
que son padres, abuelos, hermanos, hijos.
De otros.
No nuestros
pero como si lo fueran

Nuestros muertos
los que nos tocan lo más hondo de la vida
los que nos hacen enfrentarnos a nuestra propia muerte
los que nos conmueven hasta las lágrimas
son Emanuel
son Polo
son Juan Carlos
son Liliana
son Luciano
son Mariano
son Maxi
son Darío
son Julio

Nos duelen otros muertos
nos conmueven millones de dolores anónimos
lejanos
dolores que no vemos
que no tocamos
dolores
a millones de kilómetros
a millones de vidas
pero que son nuestros
como estos muertos.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Contra el pesimismo



3 de febrero de 1937

¿Indignación, ira, repugnancia? Sí, y también cansancio momentáneo. Todo esto es humano, muy humano. Pero me niego a creer que usted ha caído en el pesimismo. Eso equivale a ofenderse, pasiva y lastimeramente, con la historia. ¿Cómo es posible? Hay que tomar a la historia tal como se presenta, y cuando ésta se permite ultrajes tan escandalosos y sucios, debemos combatirla con los puños.

León Trotsky




De http://www.ceipleontrotsky.org, carta a Angélica Balabanoff (1878-1965)

viernes, 1 de agosto de 2014

Del reino de la necesidad al reino de la libertad


"El género humano tiene derecho a estar orgulloso de sus Aristóteles, Shakespeare, Darwin, Beethoven, Goethe, Marx, Edison, Lenin. ¿Pero por qué estos hombres son tan escasos? Ante todo, porque han salido, casi sin excepción, de las clases elevadas y medias. Salvo raras excepciones, los destellos del genio quedan ahogados en las entrañas oprimidas del pueblo, antes que ellas puedan incluso brotar. Pero también porque el proceso de generación, de desarrollo y de educación del hombre permaneció y permanece siendo en su esencia obra del azar; no esclarecido por la teoría y la práctica; no sometido a la conciencia y a la voluntad.
La antropología, la biología, la fisiología, la psicología, han reunido montañas de materiales para erigir ante el hombre, en toda su amplitud, las tareas de su propio perfeccionamiento corporal y espiritual y de su desarrollo ulterior. Por la mano genial de Sigmund Freud, el psicoanálisis levantó la envoltura del pozo nombrada poéticamente el “alma” del hombre. ¿Y qué nos ha revelado? Nuestro pensamiento consciente no constituye más que una pequeña parte en el trabajo de las oscuras fuerzas psíquicas. Buzos sabios descienden al fondo del océano y fotografían la fauna misteriosa. Para que el pensamiento humano descienda al fondo de su propio océano psíquico debe iluminar las fuerzas motrices misteriosas del alma y someterlas a la razón y a la voluntad.
Cuando haya terminado con las fuerzas anárquicas de su propia sociedad, el hombre trabajará sobre sí mismo en los morteros, con las herramientas del químico. Por primera vez, la humanidad se considerará a sí misma como una materia prima y, en el mejor de los casos, como un producto semiacabado físico y psíquico. El socialismo significará un salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. También es en este sentido que el hombre de hoy, lleno de contradicciones y sin armonía, franqueará la vía hacia una nueva especie más feliz."

León Trotsky, en ¿Qué fue la Revolución Rusa? (1932)

martes, 21 de enero de 2014

Trotsky sobre Lenin (a 90 años de su muerte)

"Por la manera en que me recibieron Maria Ilinitchna y Nad. Konstantinovna, comprendí con qué impaciencia y con que entusiasmo me esperaba. Lenin estaba de un humor magnífico, tenía buen semblante. Me pareció que me miraba con otros ojos. Sabía enamorarse de las personas, cuando se le revelaban bajo un cierto aspecto. Con la atención exaltada con la que escuchaba, tenía ese aire de hombre "enamorado". Escuchaba ávidamente lo que le informaba sobre el frente, y suspiraba con satisfacción, casi con beatitud. "la partida está ganada, dijo pasando de repente a un tono grave y firme, desde el momento en que supimos poner orden en el ejército, esto significa que sabremos poner orden en todas partes. Y la revolución, con el orden, será invencible".
Cuando volvimos en el auto con Sverdlov, Lenin estaba en el balcón con N. Krupskaia, justo encima de la escalera de entrada, y nuevamente sentí sobre mí la misma mirada, vagamente reservada, envolvente, de Ilich. Se habría dicho que quería decir algo, pero no encontraba las palabras. De pronto alguien de la guardia trajo macetas con flores y las puso en el auto. El rostro de Lenin se ensombreció con inquietud. 
"¿Esto va a molestarlo?", preguntó. No había prestado atención a las flores y no entendía la causa de esa inquietud. Al acercarme a Moscú -la Moscú hambrienta, fangosa, de los meses de otoño de 1918- me sentía muy incómodo: ¿era justo el momento de llegar con flores? Y pronto entendí la preocupación de Lenin: justamente había previsto ese malestar. Sabía prever.
En la entrevista siguiente, le dije: "El otro día usted me preguntó algo acerca de las flores y, en la fiebre de  nuestro reencuentro, no me di cuenta de la incomodidad en la que usted pensaba. Recién cuando llegué a la ciudad tomé conciencia"... "¿El aspecto de un traficante del mercado negro?", replicó vivamente Ilich con una delicada sonrisa. Y de nuevo advertí esa mirada particularmente amistosa, que parecía reflejar su satisfacción de haber sido comprendido... ¡Cómo han permanecido claros, imborrables en mi memoria, todos los rasgos más detallados del encuentro en Gorki!
Nos pasaba que teníamos, Lenin y yo, rudos choques, porque en los casos en que yo estaba en desacuerdo con él en una cuestión grave, yo llevaba la lucha hasta el final. Estos casos, naturalmente, se han gravado en todas las memorias, y los epígonos hablaron y escribieron mucho en consecuencia. Pero son cien veces más numerosos los casos en que nos entendíamos mutuamente entre líneas, y en los que nuestra solidaridad aseguraba el pasaje de la cuestión al Politburó sin debate. Lenin apreciaba mucho esta solidaridad."

León Trotsky, 10 de abril de 1935 en el Diario del Exilio

miércoles, 8 de enero de 2014

Su tarea más importante


"Lasalle un día escribió que renunciaría gustoso a escribir lo que sabía si sólo pudiera realizar, aunque fuera parcialmente, lo que era capaz de hacer. Este es un deseo que sólo comprende demasiado bien un revolucionario. Pero es necesario tomar las circunstancias tal como son. Justamente porque se me ha concedido participar en grandes acontecimientos, mi pasado me cierra ahora la posibilidad de la acción. Sólo me queda tratar de interpretar los acontecimientos y prever su desarrollo futuro. Ésta es una ocupación, en todo caso, capaz de dar mayores satisfacciones que la lectura pasiva."

León Trotsky, Diario del Exilio, 7 de febrero de 1935 (así comienza...)

Heroica

Los dos libros que leí estos días, el Diario del Exilio de Trotsky y Informe del Interior de Auster, mencionan a la 3° Sinfonía de Beethoven, imposible huir de semejante belleza...

"Anoche escuché la tercera sinfonía de Beethoven por primera vez en casi dos años. Se me estremecía el cuerpo, temblaba y... lloré. No lo entendía. Como si hubiera caído al vacío". Paul Auster, Informe del Interior

"La TSF reproduce la 'Sinfonía Heroica', por los Concerts Pasdeloup. Envidio a Natacha cuando escucha buena música por todos los poros del alma y del cuerpo. Natacha no es música, sino que es algo más, toda su naturaleza es musical, en sus sufrimientos como en sus (raras) alegrías hay siempre una profunda melancolía que ennoblece todas sus emociones. Los pequeños sucesos cotidianos de la política no dejan de interesarle, pero no los liga habitualmente en un cuadro de conjunto. Sin embargo, allí donde la política penetra en profundidad y exige una reacción total, Natacha encuentra siempre en su música interior la nota justa. Igualmente en sus opiniones sobre la gente, y no sólo bajo el ángulo de la psicología personal, sino también bajo el ángulo revolucionario. El filisteísmo, la vulgaridad, la cobardía nunca escapan a su mirada, aunque sea muy indulgente con todos los pequeños defectos humanos. La gente delicada, incluso la gente totalmente 'simple' -y también los niños- sienten de manera instintiva la musicalidad y la profundidad de su naturaleza. En cuanto a aquellos que son indiferentes, o pasan condescendientes cerca de ella, sin notar la fuerza que oculta, casi siempre se puede decir con certeza que son gente superficial y trivial. Fin de la 'Sinfonía Heroica' (no han reproducido más que que fragmentos)." León Trotsky, Diario del Exilio, 23 de marzo de 1935


jueves, 26 de diciembre de 2013

La guerra y el internacionalismo

Rosa en defensa de Liebknecht acusado de "perro" por la fracción parlamentaria de la socialdemocracia y perseguido por el ala derecha y por el régimen de los junkers:

"Es un perro quien lame las botas de los señores cuando durante años no ha recibido más que patadas.
Es un perro el que, con el bozal del estado de sitio, adula alegremente y mira a los ojos de los señores de la dictadura militar implorándoles dulcemente su gracia.
Es un perro el que ladra al ausente, o al que está encadenado, al tiempo que rinde servicio de perro a los actuales detentadores del poder.
Es un perro el que, a una orden del gobierno, reniega, calumnia y arroja al fango todo el pasado de su partido y todo lo que ha sido sagrado durante una generación..."



Ante la primer sentencia a prisión por el "delito" de oponerse a la guerra imperialista, con la "ayuda" de sus propios "camaradas" y sus declaraciones, de Karl Liebknecht, se declararon el huelga 55 mil trabajadores de la fábrica de municiones de Berlín, y hubo manifestaciones y huelgas en varias ciudades, por parte de los obreros que defendían a sus verdaderos dirigentes. Unos años después se levantan los marineros de Kiel. La energía revolucionaria de los obreros alemanes era desbordante.

La tragedia fue tal para el proletariado alemán y para los propios Karl y Rosa, que ellos mismos terminaron muertos por los perros guardianes del régimen alemán, miembros de su propio partido

lunes, 2 de diciembre de 2013

Nuestro legado, nuestros héroes


"Kote Tsintsadze, antiguo bolchevique, preso en los campos de concentración de José Stalin, envía, a León Davidovich Trotski, en el papel que utilizaban los detenidos para armar cigarrillos, la siguiente misiva: 'Muchos, muchísimos de nuestros amigos y de la gente cercana a nosotros, tendrán que terminar sus vidas en la cárcel o la deportación. Con todo, en última instancia, esto será un enriquecimiento de la historia revolucionaria: una nueva generación aprenderá la lección".

Andrés Rivera, La revolución es un sueño eterno