Como si no fuera día a día una muerte lenta, dulce
Como si el amor y la muerte no se tocaran
ahí, cerca del cero
o del infinito
que no es más que lo mismo
Como si vivir y amar fueran opuestos
Como si la soledad no nos atravesara la piel
cada mañana
Abriendo heridas que empezaban a cerrar
desgarrando el deseo
atando la confianza
a los pies de la cama
Como si no hiciéramos otras cosa
que seguir levantándonos
cada mañana
con las espinas atravesadas por toda la piel
para sacarlas de a una
lamer las heridas
y dejarnos el cuerpo preparado
para que se incrusten otra vez
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