viernes, 27 de septiembre de 2013

Dime (me sumo al regalo versión 1.0 de Ceci para la pequeña Vir)

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

JLB

martes, 17 de septiembre de 2013

domingo, 15 de septiembre de 2013

Rastros


La presencia de la ausencia de vos
Tus restos
Tus huellas
Y mi soledad

Amormujer


"El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal"

domingo, 8 de septiembre de 2013

Siempre Alejandra...


"Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar"

miércoles, 7 de agosto de 2013

La luna



























La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.


Jaime Sabines

martes, 30 de julio de 2013

... dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra


"Toda esa tarde él asistió otra vez, una vez más, una de tantas veces más, testigo irónico y conmovido de su propio cuerpo, a las sorpresas, los encantos y las decepciones de la ceremonia. Habituado sin saberlo a los ritmos de la Maga, de pronto un nuevo mar, un diferente oleaje lo arrancaba a los automatismos, lo confrontaba, parecía denunciar oscuramente su soledad enredada de simulacros. Encanto y desencanto de pasar de una boca a otra, de buscar con los ojos cerrados un cuello donde la mano ha dormido recogida, y sentir que la curva es diferente, una base más espesa, no tendón que se crispa brevemente con el esfuerzo de incorporarse para besar o morder. Cada momento de su cuerpo frente a un desencuentro delicioso, tener que alargarse un poco más, o bajar la cabeza para encontrar la boca que antes estaba ahí tan cerca, acariciar una cadera más ceñida, incitar a una réplica y no encontrarla, insistir, distraído, hasta darse cuenta de que todo hay que inventarlo otra vez, que el código no ha sido estatuido, que las claves y las cifras van a nacer de nuevo, serán diferentes, responderán a otra cosa. El peso, el olor, el tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las precipitaciones, nada coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo inmortal, el amor juega a inventarse, huye de sí mismo para volver en su espiral sobrecogedora, los senos cantan de otro modo, la boca besa más profundamente o como de lejos, y en un momento donde antes había como cólera y angustia es ahora el juego puro, el retozo increíble, o al revés, a la hora en que antes se caía en el sueno, el balbuceo de dulces cosas tontas, ahora hay una tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como una rabia insaciable. Sólo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra."

Julio Cortázar. Rayuela. Capítulo 92

lunes, 15 de julio de 2013

La sangre es un mar inmenso

Comparto una parte de un bello regalo de cumpleaños que me hicieron... gracias Marita...


La sangre es un mar inmenso
que baña todas las playas...

Sobre sangre van los hombres,
navegando en sus barcazas:
reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!

Al negro de negra piel
la sangre el cuerpo le baña;
la misma sangre, corriendo,
hierve bajo carne blanca.

¿Quién vio la carne amarilla,
cuando las venas estallan,
sangrar sino con la roja
sangre con que todos sangran?

¡Ay del que separa niños,
porque a los hombres separa!
El sol sale cada día,
va tocando en cada casa,
da un golpe con su bastón,
y suelta una carcajada...

¡Que salga la vida al sol,
de donde tantos la aguardan,
y veréis cómo la vida
corre de sol empapada!

La vida vida saltando,
la vida suelta y sin vallas,
vida de la carne negra,
vida de la carne blanca,
y de la carne amarilla,
con sus sangres desplegadas. . .

¡Los niños, fascinados,
se van levantando,
y rodean a la madre,
que los abraza formando un grupo con ellos,
pegados a su alrededor. Continúa!:

Sobre sangre van los hombres
navegando en sus barcazas:
reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!

Ay de quien no tenga sangre,
porque de remar acaba,
y si acaba de remar,
da con su cuerpo en la playa,
un cuerpo seco y vacío,
un cuerpo roto y sin alma,
¡un cuerpo roto y sin alma! . . .

Nicolás Guillén

domingo, 30 de junio de 2013

Desde el otro lado


Volver sobre cosas ya escritas puede parecer demasiado fácil, pero en mi caso al menos siempre me ha sido más fácil inventar que repetir. Ocurre sin embargo que ciertas repeticiones, que prefiero llamar recurrencias, se me dan con la misma evidencia que diariamente nos da a todos la inevitable salida del sol. Y si esta cotidiana maravilla no nos asombra puesto que conocemos la relojería general del cosmos, hay otras repeticiones perceptibles en un dominio que ninguna ciencia ha explicado todavía, repeticiones que pertenecen a esos intersticios de lo habitual donde leyes que no son las de la física o la lógica se cumplen de una manera casi siempre inesperada. Todo esto para decir que anoche entré una vez más en esa zona de arenas movedizas y que trato ahora de contarlo para esos lectores a quienes también les pasan cosas así y no las desechan como meras coincidencias.

Hace años que conozco a Michel Portal y que admiro su prodigiosa capacidad de instrumentista. Usted le alcanza cualquier variedad de saxo, flauta, clarinete, fagote, trombón, quena, clavecín y hasta el difícil y secreto bandoneón, y Michel lo vuelve música, y qué música. Así, para abreviar la biografía, lo mismo se lo encuentra como solista en un concierto de la llamada música clásica (Brahms y Schumann no tienen secretos para él) o mezclado en la compleja telaraña de una obra de Stockhausen; pero apenas le queda un poco de tiempo libre, Michel arma un cuarteto o un quinteto de jazz y ahí es la entrega y la creación en libertad, la invención de quien pasa de un instrumento a otro con la gracia de, un gato Jugando con ovillos de lana. Ocurre que somos amigos, pero nos vemos apenas, andamos, por órbitas tan diferentes, cuando lo busco está en el Japón o viceversa, pero anoche descubrí que su grupo actuaba en una cave d e Paris y me largué para escucharlos y por lo menos charlar dos minutos con Michel es así como se vive en este siglo donde se ha perdido toda armonía entre el tiempo y nosotros, entre la Infinita variedad que nos rodea y nuestra cada vez menor disponibilidad para abrazarla, Señalo de paso es parte de este todo incomprensible que quisiera por lo menos insinuar que la víspera yo había estado a punto de ir a escuchar a Michel y que circunstancias nimias me obligaron a dejarlo para la noche siguiente.

Desde el fondo de la cave humosa y gótica y llena de pelos y de barbas y de hermosas criaturas de todo sexo, escuché a Michel y a su quinteto. Él me reconoció mientras disponía sobre una mesa los cinco o seis instrumentos que utilizaría, y me hizo un gesto de saludo. Tocó -tocaron- admirablemente, improvisando casi una hora sobre temas que se iban abriendo y multiplicando como un, follaje de árbol. El jazz no impide pensar (la improvisación tiene sus caídas inevitables y en esos huecos momentáneos uno se reencuentra y vuelve a su mundo mental); en algún momento me acordé de mi primer contacto con Michel en el festival de Avignon y de cómo en un café él me habla hablado de mi relato El perseguidor. Viniendo de un músico, y qué músico, su preferencia por ese cuento me había dado una de esas recompensas que justifican toda una vida, y mi manera de decírselo fue hablar largamente con él de Charlie Parker, el hombre Parker y no ya el personaje de mi relato. Su amor y el mío por la música del Bird nos hizo amigos para siempre.


Yo había pensado en todo eso escuchando a Michel, aunque nada hubiera de Charlie Parker en lo que se tocaba esa noche, y después llegó el intervalo y Michel cruzó la sala para encontrarse conmigo. Siempre un poco perdido, un poco en otra cosa, sentí que ahora estaba más allá que nunca de lo que la gente llama normal. Nos abrazamos, le dije de mi felicidad al escuchar su música. "No, no", se defendió apretándome el hombro con una mano como si también yo estuviera a punto de convertirme en uno de sus instrumentos "No, esta noche es otra cosa, verte ahí y de golpe, de golpe...". Nos mirábamos, yo esperaba sin saber qué. "Es increíble", dijo Michel, "que estés aquí esta noche, Julio. Vengo de tocar en otra parte, estuve tocando con un saxo que me prestaron, un saxo increíble de viejo y gastado, con iniciales de nácar y una boquilla casi, inservible. Olía a incienso de iglesia, te das cuenta, tocar en él era..". Su deslumbramiento y su angustia batallaron en un largo silencio, en sus ojos clavados en mi. "Adivina, Julio, adivina de quién era. No había nada que adivinar, la figura estaba cerrada, la maravilla cumplida. "El saxo del Bird", dije, y Michel, que acaso había temido que en ese instante todo se viniera abajo, se apretó contra mí, feliz, como temblando. Supe que la viuda de Charlie Parker estaba en Paris, que ese saxo estaba destinado a un museo (hay uno muy simple y pobre y hermoso en Nueva York) y que las cosas habían girado y se habían ordenado para que esa tarde Michel pudiera tener entre las manos el saxo del Bird, acercar los labios a esa boquilla donde había nacido el prodigio de Out of Nowhere, de Lover Man, de tantos y tantos saltos a lo absoluto de la música, de eso que malamente yo había tratado de decir en El perseguidor.

Nadie, claro, se dio cuenta de lo que ocurría entre Michel y yo. Me quedé todavía un rato y me fui sin volver a verlo. Nos seguiremos encontrando aquí y allá, pero si no es así ya no importa. La figura se cerró anoche, eso que llaman azar juntó otra vez tanta baraja dispersa y nos dio nuestro instante perfecto fuera del tiempo idiota de la ciudad y las citas a término y la lógica bien educada. Ahora ya nada importa, realmente; anoche fuimos tres, anoche lo vimos junto a nosotros desde el otro lado.

Julio Cortázar


martes, 18 de junio de 2013

De los recuerdos de Gorki sobre Lenin


Revolviendo escritos de Trotsky encontré esta belleza...

Una tarde Lenin estaba en compañía de Gorki escuchando a un pianista magnífico que tocaba una pieza de Beethoven en la casa de un amigo. Luego de escuchar la pieza, con gran placer obviamente, se volvió hacia Gorky y observó irónicamente:

“No conozco nada más hermoso que la Appasionata y podría escucharla todos los días. Invariablemente me llega y me llena de orgullo y un pensamiento algo ingenuo e inocente me invade: ¡Qué cosas maravillosas son capaces de hacer las personas!”

Y sonriendo a través de sus ojos entrecerrados, Lenin agregó de manera poco feliz:

“Pero me resulta difícil escuchar música frecuentemente. Me crispa los nervios. Siento el impulso de decir banalidades placenteras y de acariciar las cabezas de aquellos que, mientas viven en tal infierno mugriento, son sin embargo capaces de crear tal belleza. Pero en la actualidad uno no puede acariciar la cabeza de nadie, te arrancarán la mano de un mordisco. Y además, es necesario seguir dándoles golpecitos en la cabeza, golpearlos sin piedad, incluso aunque nuestro ideal es oponernos a la violencia contra los seres humanos. Mmm Mmm – es una responsabilidad infernal y difícil.”

lunes, 17 de junio de 2013

Solas


Solas las dos
Con tu tristeza
No querías eso?
Y ahora te inunda
Te sofoca
Te arrastra en su marea gris
Sin que derrames una lágrima 
Cómo hace tiempo
Pero con la tristezasoledad
Qué se interpone a todo

Este cuerpo


La fuerza para cambiar este mundo
pero
llevar a la rastra este cuerpo
que me encierra
y no protege
de ningún golpe

miércoles, 12 de junio de 2013

París era una fiesta



"Su talento era tan natural como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en el que él no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus alas vulneradas y de cómo estaban hechas, y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo."

Ernest Hemingway sobre Scott Fitzgerald

lunes, 10 de junio de 2013

Ella los nada




"¿Pero no hemos vivido así todo el tiempo, lacerándonos dulcemente? No, no hemos vivido así, ella hubiera querido pero una vez más yo volví a sentar el falso orden que disimula el caos, a fingir que me entregaba a una vida profunda de la que sólo tocaba el agua terrible con la punta de pie. Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impuso. Yo describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden que es un orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y el alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en perjuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo. Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por la Maga que me juzga sin saberlo. Ah, dejame entrar, dejame ver algún día como ven tus ojos."

Julio Cortázar

domingo, 9 de junio de 2013

Regalos de domingo (que hay que compartir)

Esas cosas que también se vuelven a leer distinto, ahora que ya no somos los mismos. 
Esos amores nuevos que encontramos y nos cambian, a nosotros y al mundo, y a la forma en que lo entendemos. Cosas que valen la pena, andar para encontrarnos.


“Si logramos que de las relaciones de amor desaparezca el ciego, exigente y absorbente sentimiento pasional; si desaparece también el sentimiento de propiedad lo mismo que el deseo egoísta de ‘unirse para siempre al ser amado’; si logramos que desaparezca la fatuidad del hombre y que la mujer no renuncie criminalmente a su ‘yo’, no cabe duda que la desaparición de todos estos sentimientos hará que se desarrollen otros elementos preciosos para el amor. Así se desarrollará y aumentará el respeto hacia la personalidad del otro, lo mismo que se perfeccionará el arte de contar con los derechos de los demás; se educará la sensibilidad recíproca y se desarrollará enormemente la tendencia de manifestar el amor no solamente con besos y abrazos, sino también con una unidad de acción y de voluntad en la creación común” Alexandra Kollontai

lunes, 3 de junio de 2013

Cuestión de días y ánimos (para la mujer que sana mis heridas, que un poco compartimos)


Porque estamos todos rotos
el amor
          una herida
          una carencia
          una soledad

hacerle lugar al amor
es sentirse un poco solos
con uno mismo

martes, 28 de mayo de 2013

Poseída


subo
bajo
los escalones con paso cansado
pero firme
no se a donde voy
(¿o sí?)
tal vez      no elijo
a dónde voy
pero     voy
y en el camino
me despojo de mí
se me escama la piel
seca
la voy perdiendo
y todavía es fina
la capa que me cubre la carne
que arde

domingo, 26 de mayo de 2013

sábado, 25 de mayo de 2013

Escaleras y serpientes

Si pudiera matar hoy
mi amor
no lo dejaría vivo ni un segundo más

por miedo a arrepentirme